Una estrategia de narices para conquistar al consumidor
Una ubicación privilegiada proporciona al punto de venta tráfico de consumidores y, por extensión, un potencial de clientes. Un escaparate atractivo propicia que el público pueda detenerse ante el mismo y experimentar el deseo en la tienda.
Un punto de venta decorado con esmero permitirá trasladar al visitante una experiencia (de compra) que acabará revirtiendo positivamente en los resultados del negocio.
En esa experiencia de compra entran en juego distintos factores. El diseño de los productos resulta fundamental para despertar la atención del consumidor ante ellos. Las líneas y el colorido conseguirán que el comprador deposite su mirada en ellos y, con suerte, que se interese más en ellos; intentando descubrir sus prestaciones, su tacto, su precio…
Pero hay otros elementos que a menudo pasan desapercibidos en un comercio y que, sin embargo, acaban incidiendo de manera muy importante en el comportamiento del consumidor. Uno de ellos es el sonido ambiente. La música de fondo puede alimentar el consumo en un establecimiento, como, también, puede prolongar el tiempo de estancia del visitante en el mismo.
«Un aroma adecuado aumenta la predisposición a comprar en un 20%»
¿Y los olores? Pues a través del olfato podemos también conquistar al consumidor y contribuir a que éste viva una experiencia de compra completa. «Al incorporar el marketing olfativo en locales comerciales y empresas se obtienen innumerables beneficios. Existen recientes estudios científicos que afirma que los aromas provocan potentes efectos en el comportamiento humano, como relajarnos, calmarnos, estimularnos, asustarnos, provocarnos, seducirnos, excitarnos, etc -afirma Luciano Distefani, consejero delegado de Ambifresh-. Se ha comprobado que el sentido del olfato es el que más sentimientos genera, puesto que las personas recuerdan un 5% de lo que ven, un 2% de lo que oyen, y un 35% de lo que huelen. Un aroma adecuado en un punto de venta aumenta la predisposición a comprar en un 20%».